
En 1968 mis padres decidieron emprender en la Villa de Avilés, Asturias. Con la energía y la ilusión que traían en la maleta desde Andalucía, su tierra natal, abrieron una pequeña tienda con la intención de vestir los hogares de sus nuevos vecinos.
Al igual que ellos, muchos llegaban de otras ciudades y pueblos buscando una oportunidad de trabajo. Cuando llegaban a sus nuevas casas, frías y desconocidas, lo duro de afrontar un nuevo comienzo se convertía en algo triste y desalentador.
Por eso mis padres quisieron convertir esas primeras casas en hogares cálidos, llenos de inspiración y cosas que les recordaran a sus hogares, al lugar del que venían o a la casa de sus padres.
Usando ropa de cama, mantas de sofá, edredones con estampados y diseños muy personales, hacían de una casa desconocida un lugar feliz donde vivir.
Estoy segura de que si alguna vez os habéis mudado sabéis a lo que me refiero. Hacer de una casa vuestro hogar.
Por eso hoy por hoy para nosotros es importante daros la confianza, la cercanía y la atención que os merecéis, ofreciendo soluciones que os hagan la vida más fácil, incluso diseñando, personalizando y confeccionando los textiles que harán de tu casa un lugar mejor.